Enjuague y limpieza
En
cuanto un barril se vacía de su vino, bebe ser limpiado en profundidad
para evitar los mohos y un deterioro acetobacterico. Es necesario
enjuagarlo
con mucha agua. Después lo más sencillo para quitar los depósitos que
adhieren
a las paredes interiores es de utilizar, como tradicionalmente, una
cadena sin ningún rastro de oxidación o una cadena de acero
inoxidable.
Basta entonces enjuagar bien con agua, dejar escurrir y dejar secar
entre 5
a
7 días antes de azufrar y cerrar herméticamente.
No
dejar nunca agua en el barril porque pronto se
pondría estanca o podrida.
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Limpieza de un barril usado
Cuando
un barril no ha servido desde hace mucho tiempo, es indispensable de
esterilizarlo, porque debe de estar limpio (estéril) y no debe causar
ningún mal
olor. Escaldarlo es insuficiente incluso con agua hirviendo, la
temperatura no
es bastante alta para garantizar la destrucción de los fermentos.
Humearlo por
inyección de vapor (bajo presión 4 atmósferas o 5 kgs) da resultados
excelentes.
El vapor se condensa sobre las paredes del barril y garantiza un buen
lavado, hace alcanzar alta temperatura a la superficie interior
destruyendo así
los fermentos que pueda contener el barril. No sobrepasar la media hora
de
inyección.
Se
enjuaga con agua fresca y se deja escurrir
cuidadosamente.
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Barriles mohosos
Un
principio de bacterias y mohos pueden alojarse en las profundidades de
los poros de la madera.
Incluso con un buen tratamiento, uno corre el riesgo de dañar
gravemente el
vino.
Es necesario desfondar (abrir) el barril. Se cepillan las paredes
interiores
con un cepillo de grama y una solución de 10 % de cristales de sosa y
agua
caliente. Se le pone vapor para destruir los microbios.
Si
no dispone de una instalación para usar el vapor, se
limpia bien con una dilución de 5 % de acido sulfúrico y agua caliente.
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Barriles agriados
Los
barriles agriados son impropios para contener vino. Es la acescencia.
Sin embargo se pueden tratar químicamente.
Basta saturar el
ácido acético con una sustancia de alcalina.
Se moja la madera llenando el barril con agua fresca y se deja durante
24 y 48 horas. Después se reemplaza vertiendo 1
Kg.
de cristales de sosa por hectolitro disuelto en 5
L
del agua hirviendo. Se agita bien el barril y se deja en contacto
durante
12 horas. Después se evacua la solución y se enjuaga bien con agua fría.
La solución de sosa satura el ácido acético y conjuntos forman una sal
soluble que el lavado repetido elimina.
Se puede utilizar sosa cáustica o potasa, 100
a
125 grs. por hectolitro de capacidad, pero es frecuente que queden
posos
de estos productos los cuales luego se disuelven en el vino.
Se termina humeando con vapor. Así se destruyen los microbios de la
acescencia.
Si el tratamiento es insuficiente, y si un mal olor persiste,
introducir 1
L
de amoníaco y agitar bien. Dejar reposar 2 veces 24 h, llenar con agua
fría para eliminar el sabor del amoníaco.
Entonces vaciar el agua y escurrir bien, el barril
estará
bien aséptico.
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Azufrado de los barriles
Se
azufra el interior para crear una atmósfera antiséptica que garantice
una buena conservación del barril. El azufre al quemar consume cantidad
de oxígeno
eliminando así los peligros de moho o de bacterias y así esteriliza el
interior
del barril.
Un cuarto de mecha de azufre es suficiente, o por 10 litros de aire
quemar
1 gramo. Si el azufre no se quema, el barril puede contener ácido
carbónico
proveniente de fermentaciones o una sobrecarga de ácido acético.
Los
barriles vacíos de vino deben azufrarse imperativamente todos los
meses. Después se espacia a cada 3 meses porque el sobrecargo de SO2
forma S03
e incluso SO4 y la reacción química forma ácido acético.
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