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Raramente,
la
esponjosidad se produce en cabeza de las duelas, casi siempre en la
mitad del
grosor externo y raramente en la mitad del grosor interno de
la duela
esta estando protegida por el pasaje del fondo de la barrica.
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El
reparador debe buscar con paciencia y perseverencia el
punto preciso del escape.
Éste se sitúa siempre en
la parte de arriba de la mancha, el líquido dirigiéndose siempre
naturalmente
hacia abajo.
Es importante
saber que solamente uno o dos hilos de la
madera suelen presentar esponjosidad.
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El
reparador pasará un trapo sobre
la parte húmeda para secarla y limpiarla y buscará el punto de partida
del escape
siguiendo la mancha hacia arriba.
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No
debera
dudar en repetir este mismo gesto varias veces para localizar
exactamente el
punto del escape del liquido. |
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Entonces,
cuando esté localizado precisamente, el reparador debe con la ayuda de
una lezna hacer un pequeño agujero
cónico debajo de la mancha de más o menos un centímetro.
Luego
debe introducir en ese agujero
un pequeño cono de madera (o clavija), suavemente, con la alluda de un
pequeño martillo,
con el único objetivo de cortar el escape del líquido.
El cono debe penetrar entre 1
a
1,5 centímetros pero no más, por lo contrario se arriesga de agrietar
la duela.
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Esta clavija es un pequeño cono tallado en madera dura
(roble).
La
parte de la clavija que sobresale de la duela será
cortada con la ayuda de una herramienta afilada, con mucho cuidado,
simultáneamente alrededor del cono para evitar de dañar la madera.
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Este
pequeño cono de madera debe ser suficiente para la
esponjosidad.
Si una pequeña fuga persistiera,
probablemente debido a una falta de experiencia, será necesario de
insistir en
la búsqueda precisa del punto de fuga y no dude en introducir una o dos
pequeñas clavijas más. No hay riesgo de agravar teste tipo de escape, a
condición de evitar el filo interno extremo de la cabeza de la duela.
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